Concierto 1
El primer concierto al que asistí fue a escuchar a la Orchestra of the Swan, el 22 de Noviembre (¡día del músico!). Las cortesías nos las dieron en la escuela, así que fui con toda la banda.
La verdad es es que en algún momento pensé que tendría que ver con el Lago de los Cisnes, o sea que por un segundo pensé que oiría a Tchaikovsky. ¡Qué bueno que eso no se lo dije a nadie! Hubiera quedado como una estúpida.
Pero eso sí, la emoción de cuando las luces se apagan, y entonces sale el primer violín y todos se quedan calladitos calladitos, para recibir con aplausos al director y la la violinista, la cual me pareció muy joven para ocupar el puesto que tiene. Me puse a pensar mucho en eso durante el concierto.
El ascenso de la Alondra fue interesante, porque lloré poquito. La escuchamos dos veces porque pasó lo siguiente:
algo que de verdad fue fastidioso, es que había algo mal conectado, no sé qué era, pero estaba el zumbido raro. Llegó un punto en que de verdad sonaba muy fuerte, molestaba. Y nadie, absolutamente nadie subió a arreglarlo. El director cortó de jalón la pieza y aún así nadie lo arreglaba, hasta que él le movió a noséqué y solo así.
Me sentí un poco conmovida en el concierto para violín en do mayor de Franz Joseph Haydn, hubo algo en esa noche, en la tarde. En la caminata rumbo al Palacio, quizás la compañía, ya que me encontraba con Jorge y Brenda. Algo hizo muy especial esa pieza por alguna razón esta y no otras.
Concierto 2
Ora sí que para este concierto como que no andaba chida. Culpo los finales, y el dolor de oído que ya quería que me pegara un tiro, y así, cruzar la ciudad para ir al Conservatorio.
No me sentí a gusto, bien incómoda intenté dejar eso fuera de la sala de concierto.
Eso sí, disfrute cuando tocaron la Sonata en La menor de Schubert, recordé mis tareas del blog y me agradó el panorama que tenía. Es una sensación que se puede y no poner en palabras, o sea, sabes, mucho o poco por ejemplo de este mismo, sabes que era de Austria, piensas en el romanticismo, entonces ya estás parado en algún punto. Y sabes, y no sabes si alguien más en la sala sabe, ni ellos si tú sabes. O igual y saben más. Pero tú sabes, y entonces la pieza, esa sonata, se escucha diferente.
No voy a mentir, no soy fan de la música "culta" o "clásica". Pero he aprendido a escuchar, o intentado. Creo, es un poco difícil.
No pasó mucho ni poco, mi oído estaba sensible y algunos sonidos, o ya dentro del concierto algunas notas, me molestaban.
Fue corto a comparación de anterior, no fue malo, tampoco diré que he estado en mejores. Creo sigo sin forjarme una opinión acerca de este.